En medio de la oscuridad de las noches de Tambopata,
puede llegar a oírse un sonido tétrico que desconcierta a quien recorre la
selva por primera vez. Un sonido de
tonos que se van haciendo más graves, casi como un lamento. “Es el ayaymama”,
diría algún nativo ante la mirada curiosa del viajero. Se trata del nyctibius griseus, un ave nocturna llena de misterio no sólo por su
espectacular mecanismo de camuflaje, sino porque es parte de los más
representativos mitos de la Amazonía.
Cuenta la leyenda de dos niños perdidos en la selva, que
fueron abandonados por su padre y su madrastra, luego de que su madre
falleciera. Estos los llevaron al bosque bajo la excusa de un simple paseo,
pero los dejaron a su suerte asegurándose de que no puedan regresar. Los niños
partieron en búsqueda de su casa, pero lo único que lograron fue adentrarse más
en la espesura de la selva. Los espíritus del bosque tuvieron pena de ellos, y
los convirtieron en aves para que pudieran volar de regreso a casa. Ellos se
posaron en un árbol cercano, y emitieron su canto lleno de lástima: “ayay mamá,
ayay mamá”.
Dicen que cada vez que se oye al ave cantar, se trata en realidad de los niños, que siguen buscando a su madre cada noche en la selva.
Pueden oír su canto en este video: http://www.youtube.com/watch?v=wlIJU9Kby4g
Dicen que cada vez que se oye al ave cantar, se trata en realidad de los niños, que siguen buscando a su madre cada noche en la selva.
Pueden oír su canto en este video: http://www.youtube.com/watch?v=wlIJU9Kby4g
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