Donde un viajero ve una
variedad de tonalidades de verde, un nativo encuentra un mundo muy diverso. La
selva de Tambopata es uno de los ecosistemas más ricos en diversidad de
especies en el mundo y, por ello, es un paraíso para los amantes de la
naturaleza. Muchos visitantes, estudiantes e investigadores recorren la selva
en búsqueda de la innumerable variedad de especies de flora y fauna. Recorrer
las trochas en los bosques con un nativo significa ver la selva a través de sus
ojos, y poder encontrar lo que un grupo de viajeros solos jamás podría
encontrar.
Lo primero que salta a la
vista a lo largo de las caminatas es la inmensa variedad de especies de flora,
desde los más pequeños retoños, hasta los más grandes árboles de la Amazonía
como el castaño, los ficus o el shihuahuaco. Algunas especies han formado
sorprendentes simbiosis, como por ejemplo, el arbusto de la tangarana y las
hormigas, las cuales protegen lo protegen y limpian los alrededores para darle
acceso a la luz solar a cambio de un refugio y alimento en sus ramas.
Encontrar vida salvaje depende
mucho de la suerte. Los animales están ahí, observando al viajero, mucho antes
de que este pueda darse cuenta. Nunca faltarán los insectos. Tal vez haya al
lado del camino alguna cueva de tarántula, o un murciélago volando por encima
de los caminantes aprovechando la oportunidad y comiéndose los insectos que se
espantan con cada paso. Puede ser que alguna especie de mono aparezca en los
árboles, o que se perciba el olor de una manada de huanganas a lo lejos. Nada
aparecerá con certeza. Lo que sí es seguro, es que la selva puede sorprender
hasta en el momento más inesperado.
Para más información sobre
esta actividad, visita www.tambopataecotours.com
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