Caminando por las trochas se puede ver como la hormiga
cortahojas (Atta Spp.) se mueve en filas perfectas de individuos cargando
trozos enormes de hoja para su tamaño dirigiéndose a sus nidos. En una sola
noche podrían arrasar con todo un arbusto, cuyas hojas son depositadas en un
nido subterráneo luego de ser masticadas y reducidas. Sobre esta masa crece un
hongo que es finalmente el alimento de las hormigas. Estos nidos, que albergan
hasta 300000 individuos, pueden llegar a tener más de un metro de profundidad y
se dejan ver por la tierra acumulada por las hormigas luego de la excavación.
Uno puede estar en medio de la selva y de pronto se da
cuenta de que está completamente rodeado por un ejército de hormigas sitaraco (Eciton
Spp.), y de ahí su nombre en inglés: “army ants”. Esta es una especie nómada, se
mueve por el bosque y ataca a todo ser vivo que encuentra en su camino para
alimentarse. Cada noche, la tropa descansa en un lugar distinto y se mueve al
amanecer, cargando sus larvas de un lugar a otro. Los soldados destacan por su
aspecto agresivo: una enorme cabeza y mandíbulas violentas.
Paraponera clavata (palabra derivada del griego que
significa dolor) es el nombre científico de la isula, la hormiga más temida de
la Amazonía. Esta especie, de rasgos y comportamientos primitivos, llega un
tamaño descomunal de hasta 4 cm de longitud y vive entre troncos caídos, raíces
y plantas que crecen en los árboles. Tiene una de las picaduras más dolorosas
del reino animal, casi tan intenso como el de una bala, y por ello en inglés se
le conoce como “bullet ant”. El dolor puede durar hasta 24 horas.
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